sábado, 4 de agosto de 2012

Plaza de la Magdalena



La plaza de la Magdalena es el referente del Jaén antiguo. Frente a la iglesia se alza el nacimiento de aguas conocido como el Raudal, lugar en el que nació la mítica leyenda medieval del lagarto de Jaén. Cuentan que aquí dormía un monstruoso lagarto que tenía atemorizada a la población. Un joven pastor ideó un plan para acabar con el saurio. Le ofreció un cordero cuyas tripas estaban llenas de pólvora. Reventó al comerlo y desapareció la amenaza. El lagarto es, desde entonces, el animal que simboliza a la capital. Junto al Raudal hay una casa que muestra en su fachada la o Estrella de David. Existe la creencia que en ella habitó la familia de Hasday ibn Shaprut, un judío jiennense que alcanzó el rango de visir de los califas cordobeses Abd al-Rahman III y su hijo Al-Hakam II. La plaza soportalada está presidida por la iglesia de La Magdalena, construida entre los siglos XV y XVI sobre una antigua mezquita. Destaca por su portada de estilo gótico isabelino. De su pasado andalusí conserva el patio de abluciones y el arranque restaurado de su alminar.


Gime entre estrellas la guitarra
Con un regusto a palmas y cantar,
Que revoletean entre dedos las cuerdas 
Acariciando “Reyes”, el arábigo español.

Reflejos de luna y plata
Sobre las sombras del olvido,
Que guarda su noble leyenda
Con aires de pena y dolor.

Recuerdo con expectante anhelo
Como sopla el viento de Jaén,
Que hace mella en la bella Magdalena,
Dejándola repleta de soledad.

Y en el embrujo de su plaza
Un llanto se esconde herido,
Al que jamás el destino
Borrara algún día su nombre.

Llora la seguidilla en el “Hueco”,
Con sentimientos y esperanza,
Que busca el duende entre barriles,
De roble noble, y vino viejo.

Así es mi plaza, pura raza,
Cristiana, moruna y gitana,
Quien pudiese de nuevo en ella florecer
Como florece, la flor del almendro.

                                                          Miguel de la Torre Padilla

Tomas Reyes, maestro de maestros en el arte de la guitarra.
Hueco, taberna típica del barrio

4 comentarios:

  1. Gracias por esta entrada me encanta aprender historias, y leyendas de nuestro país, un abrazo.

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  2. Aunque nunca viví en la Magdalena, he escuchado tantas veces hablar de sus rincones que en sueños me parece transitar sus calles. Tu poema me refresca la memoria.

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