Altanera resplandece la luna
Acariciando la aristas del castillo,
Que manda sobre esta ciudad adormecida,
En las torres de su hermosa Catedral.
Apenas luce el sol matutino
Busca como colarse entre callejas,
Que en el Arco del Consuelo desemboca
Buscando la techumbre mudéjar.
Bullen las aguas en
Ante la grandeza Nazarí,
Que buscan en sus baños los recuerdos,
De raíces perdidas en antaño.
Y a Jaén lo rodean las leyendas
Por cada barrio, por cada rincón,
Dejando morir la cultura,
De una ciudad que venera al “Abuelo”.
Anaranjado agoniza hoy el sol
Ante la mirada de
Asomándose para ver el dolor,
De un calvario, repleto de olvido.
Besan las estrellas
Que cerraron la capital del Santo Reino,
Tras las reja del maestro Bartolomé,
Con tilde, como la ciudad en que vivimos.
Miguel
de la Torre Padilla